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Láser de depilación

El láser produce un calentamiento selectivo del folículo piloso produciendo su destrucción por calor sin afectar a los tejidos circundantes. Por este método se puede tratar cualquier zona corporal. Dependiendo del tipo de piel, del pelo y de la zona a tratar variarán el número de sesiones necesarias para conseguir un resultado satisfactorio. Las sesiones se separan por periodos mínimos de cuatro semanas. La duración de las sesiones depende de la extensión de la superficie a tratar. El tratamiento es normalmente indoloro, no tiene efectos secundarios ni presenta complicaciones, aunque en un 2% de los casos se produce la aparición de zonas de hipo e hiper-pigmentación (manchas oscuras o claras, sobre todo si no se toman las debidas precauciones con el sol) o quemaduras (habitualmente superficiales).

NORMAS PREVIAS A LA PRIMERA SESION:
– Dejar crecer el pelo lo suficiente como para que se encuentren fuera la mayor cantidad posible de pelos. Su longitud no es importante.
– No se puede acudir a la sesión correspondiente con la piel bronceada o después de haber recibido Rayos UVA.

NORMAS A SEGUIR ENTRE SESIONES:

– Evitar el sol en las zonas tratadas al menos durante 7 días tras la sesión y además utilizar un factor protector mínimo 15, preferiblemente protección total.
– Entre sesiones se puede depilar con rasuradora o cremas depilatorias, debiendo dejar crecer el pelo durante unos días antes de la siguiente sesión.
– Puede utilizar cualquier tipo de maquillaje o cosmético recomendándose no usar ninguno demasiado agresivo durante las 24 horas posteriores a la sesión del tratamiento.

RESULTADOS: Los resultados son de un 90 a 95% de éxitos, es decir, entre el 90 y el 95% de las personas que se han tratado por este método siguen con buenos resultados después de 20 años de experiencia, aunque existe un 5 a 10% de casos rebeldes en los que por motivos no bien conocidos no se consiguen los resultados deseados de la zona tratada.